martes, febrero 15, 2005

....:::: Historia De Un Sueño Difuso ::::.... - By Sky Light

Todo habia acabado ya, cuando las luces atenuaron ante el eclipse. El agua se agitaba con el pasar de la luna y sobre aquella roca solitaria, en medio de un oceano impenetrabre ella al fin logró encontrarlo.
Lo miró por unos minutos, los cuales le parecieron una eternidad, pero él se mantenía indiferente ante su presencia. Ni un gesto, ni una mirada, solo la frialdad y la indiferencia.
Entonces, al fin, ella habló.
-¿Por qué?. Preguntó. ¿Por qué no estuviste allí como lo prometiste?
Entonces él la miró con una sonrisa, la mas pura sonrisa que ella había visto en su vida.
- Tú nunca llegaste. Le dijo. Entonces ya no tenía mas que esperar y partí. Caminé hasta esta roca y aquí espere durante todos estos años.
- ¡Estás mintiendo! Respondió. Cuando llegué, tú ya no estabas allí ¿Por qué dices eso, aun sabiendo que es mentira?
El silencio se apoderó de todo lo que habitaba allí, por unos segundos.
- ¿Aun recuerdas qué fue lo último que dije antes de partir la primera vez? Dijo al fin.
- Si. Respondió ella. Dijiste que te buscara en aquel lugar, el día que mi corazón supiese al fin la verdad, y eso fue lo que hice, y no estabas allí.
- ¿Y cual era ese lugar? Preguntó él.
- Dijiste que buscara en el lugar donde no existía el tiempo ni la distancia, donde nunca nos importó mas que tenernos el uno al otro, aquel lugar donde nos conocimos. Dijo ella.
- ¿Entonces por que dices que no estaba allí? Preguntó.
- Porque al llegar allí no estabas. Respondió. Te busqué y te esperé, pero nunca llegaste.
- Hace tres años de todo eso. Dijo él. ¿Por qué viniste aqui hoy, en este día?
- Porque durante estos tres años te estuve buscando. Respondió. Te busque en cada rincón de la tierra, hasta el día de hoy, en el que al fin te encontré.
- ¿Y aun no lo entiendes? Dijo él, tornandose impaciente. ¿No entiendes por que nunca lograste encontrarme? ¿No entiendes por qué no estuve cuando me buscaste?
- No. Respondió ella. No lo entiendo.
Esta vez, el silencio duró unos minutos, y cuando el eclipse fue total, él habló.
- Hace exactamente tres años, me encontraba sentado en esta misma roca. Dijo. Miraba el horizonte, con la certeza de que algún día llegarías, te abrazaría y volaríamos lejos de aquí. Al fin podríamos ser distintos al resto, podríamos ser los primeros seres en conocer el significado de la palabra amor, pero nunca llegaste. Hoy, luego de tres años, veo tus ojos y no puedo verte, pero tal vez esa es la razón por la cual sonrio.
- No te entiendo. Dijo ella. Dijiste que te busque en el lugar donde nos habíamos conocido y tú no estuviste allí. ¿Por qué esperaste aquí sabiendo que nunca llegaría?
- Esperaba que asi lo hicieras. Le dijo. Hoy, tengo la certeza de que puedo partir lejos de aquí. Sé que será un viaje solitario, pero al fin he logrado encontrar lo que tanto anhelaba. Tú y yo jamás nos conocimos, fuimos simples siluetas de lo que creíamos ver. Aquel día, junto a ese árbol donde me buscaste hace tres años, te dije que mi corazón podía verte en un sueño, el mas hermoso de todos. También te dije que, en aquel sueño, yo me encontraba sentado en una roca, en el medio del oceano, y tú llegabas, me mirabas y me enseñabas una estrella. ¡Esa estrella era tan especial! Era tu estrella especial y deseabas compartirla conmigo. Entonces te agarraba del brazo y volabamos juntos hasta alcanzarla. Luego desperté junto al árbol y allí te vi... por segunda vez.
Del rostro de ella brotó una lágrima, solo una, y al caer, él la atrapó en una de sus manos y la extendió hacia ella, obsequiándosela.
- Tal vez, solo tal vez, esta sea tu estrella, la estrella llamada soledad. Dijo él, mirandola tristemente a los ojos. Pero hoy, esa estrella solitaría ha logrado caer. Siempre has elegido bien a tus estrellas, aun en mi sueño.
Entonces ella lloró con todas sus fuerzas, como nunca antes lo habia podido hacer. Tomó su mano y su lágrima prisionera ya no estaba allí, lo miró, entre llantos, a los ojos y él le sonreía.
Lentamente, él se paró de su roca y la abrazó fuertemente y susurró en su oido...
- Siempre has estado aqui, pero hoy, luego de tres años, has aprendido a ver sin los ojos, a hablar ese idioma extraño que tanto aterra al corazón. Siempre estuviste sosteniendo mi mano, aun sin conocer tu silueta, ni tu voz, ni tus ojos, aun sin saber de tu existencia. Pero hoy es especial, porque llegaste hasta aqui portando tu estrella en una lágrima y regalándomela, igual que en mi sueño. Es ahora que puedo volar lejos, sin temer a la palabra soledad... porque, igual que en mi sueño, este es el momento en el que despierto y deseo volver a soñar.