....:::: Buenas Noches ::::.... - By LadY Of BlacK TearS
Hoy la brisa es más dañina que cualquier tornado o tormenta. El aroma de la lluvia todavía está presente y llega a mis sentidos provocando algunos escalofríos. Mi enemiga está aquí. El sonido de las gotas deben haberla despertado esta vez, y se ha levantado más poderosa que nunca para recordarme entre susurros que le pertenezco.
Y yo... sentada en mi cama escuchando ruidos que no existen, imaginando lamentos y agonías casi imperceptibles y hasta miradas dirigidas a mi espalda, a mi, me siento más demente que de costumbre... convivo con eso por las noches, con esos pensamientos.
Miro ,cada tanto, el resplandor de la única estrella que yace en el cielo a través de mi persiana. Tiene una luz suave, pero constante. Ella parece devolverme la mirada... y creo que hasta me comprende. Su luz ténue entre todas aquellas nubes parece solitaria también. La compadezco.
Duele siempre, pero se hace desgarrante al caer la noche. Prolongo mis días con las luces encendidas, intentando creer que la luna aún no llega, y sintiendome estúpida porque sé que siempre vuelvo a mis noches.
Antes me sentía patética frente a una computadora las 24 horas, rogando que por favor alguien logre con sus letras hacer que el tiempo se me pase sin darme cuenta, que los días sean más cortos, y por qué no, que las noches no existan. Ahora, me encuentro en un estado más lastimoso pretendiendo la existencia de un acompañante nocturno.
Camino por la casa encendiendo toda luz que esté en mi camino, busco en los espejos el reflejo de aquel compañero esperando no encontrar a nadie, porque no sólo lo invento sino que me atemoriza. Me siento frente a la pantalla una vez más y luego de mirar por última vez a mi alrededor, veo la quietud en ella, no hay letras nuevas... sólo aquellas azules que aparecen hace algunas noches con no se cuál fin, pero me agradan. Decido leerlas por la mañana.
Miro las escaleras, compruebo que están vacías y parto una vez más rumbo a mi habitación, buscando aún aquel reflejo inexistente y quizás su sombra. Me tranquilizo, no hay nadie - ahora que lo pienso... esto me inquieta -. Me siento en la cama y empiezo a escribir.
Se aproximan las 4 am, el insomnio se está haciendo rutina, la incomodidad que me genera el sentirme acompañada se está tornando realmente insoportable... ¿será que me acostumbré a sentirme sola? Todo gracias a Ella, todo este terror gracias a Ella. Ahora que lo pienso... creo que es Ella mi acompañante, mi tortura nocturna.
Puede parecer raro, pero me siento aliviada. Al menos ahora pienso que no invento a mi compañero, sino que existe e, irónicamente, es Aquella que me lastima. Aunque percibo en este acto, cierto egoísmo... es casi un atrevimiento; hablo de llamarla mía, por supuesto, porque Ella es un dolor compartido... y aunque me siento un poco avergonzada, y me ruborice al permitirme escribirlo, el pensar que no soy el único blanco de sus filosos e hirientes puñales, logra serenarme un poco y apaciguar mi malestar.
No sé qué busca esta dama, pero espero que por hoy esté satisfecha. Estoy realmente agotada de esto, quiero poder cerrar los ojos sin entrar en pánico y sentirme demente; quiero poder descansar de mi conciencia, poder escapar de mis pensamientos.
Hagamos de cuenta que el día anterior no terminó, y que todo esto pasó antes de medianoche. Hagamos de cuenta que con solo creerlo podemos.
Buenas noches Soledad, nos vemos mañana.
Y yo... sentada en mi cama escuchando ruidos que no existen, imaginando lamentos y agonías casi imperceptibles y hasta miradas dirigidas a mi espalda, a mi, me siento más demente que de costumbre... convivo con eso por las noches, con esos pensamientos.
Miro ,cada tanto, el resplandor de la única estrella que yace en el cielo a través de mi persiana. Tiene una luz suave, pero constante. Ella parece devolverme la mirada... y creo que hasta me comprende. Su luz ténue entre todas aquellas nubes parece solitaria también. La compadezco.
Duele siempre, pero se hace desgarrante al caer la noche. Prolongo mis días con las luces encendidas, intentando creer que la luna aún no llega, y sintiendome estúpida porque sé que siempre vuelvo a mis noches.
Antes me sentía patética frente a una computadora las 24 horas, rogando que por favor alguien logre con sus letras hacer que el tiempo se me pase sin darme cuenta, que los días sean más cortos, y por qué no, que las noches no existan. Ahora, me encuentro en un estado más lastimoso pretendiendo la existencia de un acompañante nocturno.
Camino por la casa encendiendo toda luz que esté en mi camino, busco en los espejos el reflejo de aquel compañero esperando no encontrar a nadie, porque no sólo lo invento sino que me atemoriza. Me siento frente a la pantalla una vez más y luego de mirar por última vez a mi alrededor, veo la quietud en ella, no hay letras nuevas... sólo aquellas azules que aparecen hace algunas noches con no se cuál fin, pero me agradan. Decido leerlas por la mañana.
Miro las escaleras, compruebo que están vacías y parto una vez más rumbo a mi habitación, buscando aún aquel reflejo inexistente y quizás su sombra. Me tranquilizo, no hay nadie - ahora que lo pienso... esto me inquieta -. Me siento en la cama y empiezo a escribir.
Se aproximan las 4 am, el insomnio se está haciendo rutina, la incomodidad que me genera el sentirme acompañada se está tornando realmente insoportable... ¿será que me acostumbré a sentirme sola? Todo gracias a Ella, todo este terror gracias a Ella. Ahora que lo pienso... creo que es Ella mi acompañante, mi tortura nocturna.
Puede parecer raro, pero me siento aliviada. Al menos ahora pienso que no invento a mi compañero, sino que existe e, irónicamente, es Aquella que me lastima. Aunque percibo en este acto, cierto egoísmo... es casi un atrevimiento; hablo de llamarla mía, por supuesto, porque Ella es un dolor compartido... y aunque me siento un poco avergonzada, y me ruborice al permitirme escribirlo, el pensar que no soy el único blanco de sus filosos e hirientes puñales, logra serenarme un poco y apaciguar mi malestar.
No sé qué busca esta dama, pero espero que por hoy esté satisfecha. Estoy realmente agotada de esto, quiero poder cerrar los ojos sin entrar en pánico y sentirme demente; quiero poder descansar de mi conciencia, poder escapar de mis pensamientos.
Hagamos de cuenta que el día anterior no terminó, y que todo esto pasó antes de medianoche. Hagamos de cuenta que con solo creerlo podemos.
Buenas noches Soledad, nos vemos mañana.
<< Home