sábado, octubre 29, 2005

....:::: Estrellas Perdidas ::::.... - By Sky Light

Cascadas invisibles, arcoiris de cristal y flores de colores aun desconocidos se mezclaban formando un universo. Un universo donde solo dos voces se reconocían... el sueño y el soñador

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

- Dime por qué no puedes regalarme una estrella si de infinitas luces, que en el manto de la oscuridad nocturna brillan, solo te pido una.- Había algo de desafiante y de triste en la voz de la niña.

- No puedo pequeña niña, no es por tí... simplemente no puedo. ¿Es qué no entiendes el tormento que ella traerá a nuestras vidas?
Hace un tiempo atras prometí bajo su luz que eso no sucedería de nuevo y necesito cumplir, por tí y por mí.- Las palabras del niño parecían mezcladas entre el dolor y la nostalgia.

- ¡Deja de hablar tonterias! Hace unos años, cuando te conocí, tú hablabas con esa estrella, la amabas aun mas que a mí. Miles de veces me dijiste que sería díficil optar entre su brillo y mi sonrisa y aun asi te abracé, no negué mi amor por tí. Dime por favor ¿Qué es lo que ha cambiado?.- Ella comenzaba a observarlo todo entre nubes de lágrimas.

- Esa pequeña estrella era todo para mí. Mis sueños, mis ilusiones, todo mi amor estaban a su disposición. Nos prometimos la eternidad y asi lo hicimos, pero a veces la vida eterna dura menos de lo pensado.
Nos dimos todo, creamos infinidad de universos, observamos la caída de sus hermanas como un espectáculo único y luego... ya nada quedaba. La eternidad se desvanecía.- Él buscó a su estrella con la mirada y rápidamente la desvió señalando la desilusión.

- Solo entrégamela, deja que yo me haga cargo de su brillo. Ya no eres la luz que fuiste en otras vidas, ni la brisa que deberías ser. Te encontré siendo solo un pequeño niño que soñaba y amaba una estrella. Tú me encontraste siendo una niña perdida en el mundo de la desesperación. No me arrepiento de haberte amado y nunca lo haré pero necesito que estés aquí conmigo. Deja a esa estrella en mis manos y ámame aunque solo sea un día.- Ella tomó sus manos y fijó su mirada en los ojos del niño.

- Tú eres una princesa y nunca creí ser de importancia para tí. Cuando mi estrella perdió su brillo ya no supe que hacer, necesitaba volver a sentir las luces envolviendome y allí apareciste. Recuerdo tu vestido, tus ojos y la forma en que éstos me miraban, tu sonrisa y tu aceptación. Nunca dejé de amarte pero estuve equivocado, creí que te alejarías.- Él sonrió nostálgicamente.

- Te amé incluso antes de encontrarte, sabía que existías y fui a buscarte. El destino nos marcó mientras tú jugabas a volar entre estrellas y sueños y olvidabas lo importante de esta existencia. Yo soy una princesa y mi deber es no olvidar lo hermoso de la vida. Vine a buscarte, no solo para traerte de regreso sino también, por mi propia felicidad.
Nunca podría dejar de amarte, estás mas alla de los títulos de realeza que llevo conmigo, mas alla del cielo y de la tierra, mas alla de mí, mas alla de todos. Solo despierta y observa.- Besó sus manos y suavemente las dejó flotar libres, lo miró dulcemente como solo una princesa podría hacerlo y comenzó a alejarse sin desviar su mirada de los ojos del niño.

- Es esa estrella quien me ha confundido, quien ha intentado que te olvide. Su luz hipnotiza y se apodera de la voluntad de su observador, armoniza en pos de sus propios deseos y tú no estas en ellos.
No te regalaré una estrella, ni un sueño, ni una fantasía. No existe nada con el valor suficiente para agradecer lo que has hecho por mí y es por eso que mi regalo será distinto a cualquiera que haya hecho alguna vez. Te regalo mi amnesia, mis ganas de empezar de nuevo, mi amor en limpio sin estrellas ni fantasias. Estoy dispuesto a elejir tu sonrisa... te regalo ¡MI DESPERTAR!.-


Ya los días acababan, las formas se mezclaban y los sonidos aturdían. Nada parecía real, el cuerpo pesaba y solo lograba oir llantos y risas entre habitaciones desconocidas... era un pequeño hospital, dos niños estaban naciendo. Dos niños que al encontrarse en una sola mirada, solo sonrieron... ¡Estaban de vuelta!